Guadalupe Núñez de la Mora
Año 3, número 18


En la agroecología he encontrado un lugar donde poner varias cosas y situaciones que son de las favoritas de la vida, en esta ocasión les compartiré algunas; una es la diversidad de formas, colores y sabores de los alimentos, otra es el cocinar y finalmente compartir lo que cosechas o cocinas.
En mi familia hacemos desde hace mucho agroecología, sin saber que era lo que hacíamos, sin nombrarla solamente viviendo con ella.
Nos dedicamos solo por curiosidad y ver una cosecha diversa, a recolectar y sembrar semillas de todo lo que podíamos conseguir y era diferente a lo que estamos acostumbrados, así conseguimos semillas de pepino africano (el cual se puede comer tiernito, o ya maduro) de ejotes de colores (amarillos y morados) sandías amarillas, varias variedades de lechugas flores comestibles y yuca (que es una raíz que se usa mucho en la cocina del sur de américa) La mesa de la agroecología es una mesa diversas, lleva de colores.
Ahora pasaremos a la cocina, para mí cocinar para alguien es uno de los actos de amor más bonito que puede existir y una cosecha diversa te ayuda a tener platillos diversos también, además de probar sabores nuevos.
Definitivamente trabajar en agroecología es un proceso de aprendizaje constante y lleno de colores y sabores. Después de conocer tanta diversidad a mi solo me queda más curiosidad de lo que queda por conocer.