Ana Guadalupe Gómez Moctezuma, Liz Astrid Velázquez Martínez, Indhira Marcela González Cruz, Patricia Elena Giraldo Calderón
Como mujeres, creemos que es importante rescatar las vivencias de otras mujeres para dar a conocer su papel y contribuciones, no solo en la vida familiar, sino también, en una esfera pública, de lo político y comunitario. Hoy queremos compartir la vida de una mujer, lideresa, campesina y con saberes sobre plantas medicinales y gastronomía. Octaviana Prado Cárdenas, habitante de Coapan, oriunda de la localidad de Potrerillo, donde habitó con 9 hermanos más; madre de 6 hij@s, 3 mujeres y 3 hombres. Desde pequeña ha tenido un vínculo muy cercano con el campo el cual ha cultivado en hijos, hijas y niet@s.
“En mi rancho le ayudaba a mi papá, mi papá se enfermó e hicieron como a mí, lo jubilaron. Entonces, él me decía, vamos hija, vamos, a la parcela, pues, que a cortar frijol, que a juntar calabazas, cositas, pues, más fáciles. Y luego que tenía abejas, iba yo y le echaba el humo, él castraba y ya nos traíamos la miel y ya yo le ayudaba y envasaba la miel, pues yo era la que le ayudaba en todo eso, y a mí por eso me gustó mucho el campo, me gusta todavía el campo”
Al llegar a vivir a Coapan empezó a tejer su vida comunitaria, acercando los diferentes programas de apoyo a hombres y mujeres de la comunidad, al tiempo que motivaba y empoderaba a otras mujeres a participar. Parte de su reconocimiento lo ha obtenido de construir una confianza con su vecinos y vecinas en la búsqueda por mejorar las condiciones de vida de la localidad.
“antes había un programa que dieron fertilizante y vinieron a decirme que yo saliera a juntar, a decirles, que daban un apoyo… que pusieran una parte y la otra la ponían allá, la presidencia… yo salía a decirles, las apuntaba y pedía el dinero, ya junte el dinero y lo lleve y pronto trajeron… ya les hablé y lo repartí, y como que ya me agarraron confianza la gente”.
Una mujer que rompe con los estereotipos: ser ejidataria por ella misma, comisaría ejidal, sorora. El ayudar a otras personas y la confianza que ha ganado en la localidad, es lo que le ha reforzado el hacer en su entorno.
“…yo estaba de encargada y me llevaba a la gente, en días que les iban a dar. Les ayudaba y las arrimaba, por eso yo creo que les daba confianza, por eso yo creo que cuando me propusieron para el ejido tuve muchos votos”
Autoridad Ejidal
“… Una vez yo fui la presidenta ejidal… como en el 99 por ahí… dura uno 3 años, ya de ahí a veces vocal, a veces tesorera, y sí ya desde que yo fui, salí, salió esa mesa directiva y pues las mujeres si quisieron, ya se hizo otra mesa con mujeres que participaron…”
Es consciente de los desafíos que enfrenta el ser lideresa mujer y la importancia del apoyo a su idea de ser presidenta e incluso su impulso a ello. Así como el saberse vulnerable y a su vez identificar que si no era un cargo que pudiera desempeñar, también asumir el cambio o el dejarlo. Así mismo, el moverse en un espacio ajeno al que ella estaba acostumbrada y tratar de adaptarse, es lo que resalta su hacer autónomo y su impulso a vencer los retos, motivando así a otras compañeras a que también formen parte de las mesas directivas siguientes.
“Iba a Tepic a reuniones y yo no sabía como llegar, ya después me movía de la terminal, ya no me perdía….Yo trataba de hacer las cosas bien verdad, y lo que sea, iba a las reuniones y ya me empecé a enseñar y ya, como ese programa de servicios ambientales y ya todos contentos porque aquí no hay otro trabajo, porque ya había en qué trabajar”.
Ser campesina y la gastronomía
El amor por el campo caracteriza a Octaviana quien en su parcela cultiva aguacates, limones, guayaba, durazno, papayo, maíz raza Jala y maíz para hojas de tamal, además de otras plantas que cuida en su traspatio como: orégano, hierbabuena, zorrillo, albahaca, entre otras. Esta actividad la combina con la comercialización de sus alimentos en Ixtlán del Río y Tequepexpan, así como la preparación de ricos platillos como el pozole, los taquitos, el menudo, las carnitas con chilitos y los frijoles refritos acompañados de queso. El cuidado de las plantas para llegar a la cosecha es uno de los mayores desafíos. Por ello, hace más de diez años desarrolla su propia forma de abono a través de lombricomposta, o como en el caso del limón, un alimento básico de la canasta familiar mexicana, el cual se realiza a través del azufre y el estiércol; y el control de plagas, a través de elementos naturales como el jabón y la cal.