Nadia Xochiquetzalli González Briseño
Los huertitos son una fuente de sabiduría muy canija. Tenía muchito sin venir a este.
Me contaron que tenían la bronca de que encontraban la manguera mordida y ya andaban viendo la manera de cazar / matar a esos ratones.
El tema se a-bordó así:
Hicimos un tribunal, dónde se acusaba a la comunidad ratonil de vandalismo, destrucción de la propiedad privada, de homicidio no intencional (por las plantas que no aguantaron los días sin riego de la manguera rota) y de terrorismo (porque habían asustado a un par de personas que intentaron ir a regar el huerto). Se les sentenciaba a pena de muerte o se les perdonaba la vida si se exiliaban.
La comunidad ratonil hizo un riot (ritual originario ratonence de protesta ante la injusticia) demandando un juicio no antropocéntrico.
El nuevo estrado estuvo representado por una lombriz, dos pájaros y una anciana cucaracha.
Presentaron el caso diciendo que se trataba de un ecocidio. Pues ahí al lado hace no mucho había un río (que los humanos ahora llaman calzada y antes río San Juan de dios) que fue entubado junto con desechos humanos y que ya nadie quería o podía beber de esa agua.
Declararon heróica a la comunidad ratonil y señalaron el crimen de acaparar y privar del agua a otros seres vivos a través de el sistema de tubería.
Se llegó a un arreglo temporal de que se tendría de instalar un bebedero comunitario en el huerto y que la comunidad humana tiene una deuda histórica por reparar.
Ilustraciones: Tatei Aramara