Año 2, número 13

Fanny Sarai Delgado Solano y José Ismael Elías Pérez

Mi nombre es José Ismael Elías Pérez, soy de aquí de Coapan y vengo de una familia dedicada al cultivo de maíz de húmedo (Raza-Jala) y a su conservación desde hace más de 80 años. Mi papá José Antíoco Elías Partida nos decía que cuando él tenía 18 años fue a ayudarle a “disquear” la hoja de maíz a su tío Lupe (tío abuelo, hermano de su papá Nazario Elías) y le pidió unas cuantas mazorcas para desde ese momento dedicarse a sembrarlo por su cuenta entre los años 1958 al 2015. Como lo asombroso del maíz de húmedo es su gran longitud, eso motivó a las autoridades municipales a realizar la Feria del Elote y dentro de esta el Concurso del Elote más Grande del Mundo con fecha de celebración el 14 de agosto de cada año. En dichos concursos mi papá fue ganador del primer lugar por más de 10 ocasiones y todo el tiempo se mantuvo entre los tres primeros lugares. 

Ahora que yo ya tengo mi propia familia he dado continuidad a la tradición familiar del maíz de húmedo. En el año del 2013 buscando un mejor ingreso económico para ellos decidí sembrar dos hectáreas a modo de poder llevar y vender elotes en la Feria del Elote en Jala, pero desgraciadamente la gente no valoraba la calidad del maíz de húmedo (Raza-Jala). Por eso en el 2014 decidí mejor sembrar nada más una hectárea y que fuera de producción orgánica por lo que así se dio nuestro acercamiento con algunos insumos como el lixiviado de lombriz (Humus líquido). Nuestra finalidad era ofrecer un producto de mayor calidad y libre de agrotóxicos dañinos para la salud. Sin embargo, nos topamos con que los consumidores tampoco valoran nuestro esfuerzo y eso nos desmotivó dejando de sembrar en gran cantidad. Sí seguimos sembrando, pero ahora es un espacio pequeño para conservar el maíz y seguir participando en el concurso del Elote y de la Mazorca. 

Mi nombre es Fanny Saraí Delgado Solano. También soy originaria de Coapan y vengo de una familia dedicada a la agricultura. De un tiempo para acá la gente comenzó a utilizar aquí en el pueblo muchos insumos para la producción de alimentos, pero eran dañinos para la salud de las personas y el planeta. Por ese motivo, cuando nosotros dos ya formamos nuestra propia familia, decidimos que queríamos cuidar la salud de nuestros hijos y que además necesitábamos producir insumos propios, como el lixiviado. Entonces cuando yo estaba estudiando en el Tecnológico del Sur aquí en Jala, hicimos un proyecto emprendedor y se nos ocurrió trabajar con el humus de lombriz. Como Mael ya lo estaba produciendo lo que hice fue retomar la idea y él me ayudó con toda la parte técnica, mientras que yo me encargué de toda la parte comercial al grado que hasta registramos la marca “Humupost”.

Como también aquí en Coapan y en la familia de Mael se ha dedicado a la ganadería, los conocimientos que se generan a veces en un lugar son utilizados para resolver problemas que se van presentando en otro lado. Así nos pasó con los tratamientos de “suelda con suelda” y con la pomada de caléndula. Cuando nuestro hijo Matías tenía cuatro años, jugando un día en la unidad deportiva del pueblo junto a otros niños, sufrió un accidente al caerle una llanta de tractor que le generó una fractura de tibia y peroné. Entonces ya al momento de su recuperación, yo recordé que mi papá nos decía que antes aquí en el pueblo la gente utilizaba una planta que le llamamos “suelda con suelda” y que era utilizada para tratar fracturas tanto de personas como de animales. Lo que hacían, por ejemplo, allá en el monte, era agarrar unas hojas y machacarlas con una piedra y estás junto con el jugo que desprendía eran puestos en las partes de la fractura ya entablillada. La función era hacer soldar el hueso más rápido. 

Pero también, mi esposa se puso a investigar cómo hacer una pomada para que el hueso de Matías quedará más fortalecido. Y es que entre los meses de agosto a septiembre del 2023 nosotros tuvimos un acercamiento con el personal de la UAN los cuales ya llevaban un tiempo trabajando aquí en Coapan sobre la transición agroecológica. Ellos nos dieron la oportunidad de ingresar al proyecto y nos apoyaron con la instalación de un huerto familiar, que entre las plantas que tenemos hay una medicinal como es la caléndula. Dio la casualidad también que justo para ese tiempo en el preescolar donde estudia Matías, le tocó participar en un proyecto en el que presentaron productos que se cosecharon del mismo huerto y fue así como entre él y yo elaboramos la famosa pomada de caléndula, la cual producimos nosotros como familia y también la comercializamos a través de la RASSA-JALA. 

Fotografía: Fanny Sarai Delgado Solano

Al inicio de nuestra participación en la red mandábamos solo chayotes y queso fresco. Pero conforme hubo otros cultivos diversificamos los envíos. Ahorita lo que hemos estado enviando cada semana es Humupost y pomada de la caléndula. Para nosotros como familia fue una satisfacción muy grande haber podido asistir al 1er. Festival de las Agroecologías Indígenas y Campesinas, y también a la celebración del 1er. Aniversario de la RASSA-JALA en Tepic, porque en ambos eventos llevamos productos y fue bonito poder interactuar entre productores y consumidores, y darnos cuenta que si existen personas que valoran el sistema de producción agroecológica.

Formar parte del proyecto “Transición agroecológica…” y de la RASSA-JALA nos motiva a seguir mejorando e innovando nuestros productos. A seguir conservando el maíz de húmedo en la familia, a producir alimentos limpios que no dañen la salud de quienes los consumimos y a utilizar los conocimientos familiares para resolver problemas en la agricultura o necesidades de salud.