Karen Hernández Ávalos

¿Qué es basura? ¿Si los desechos tienen otros usos siguen siendo desechos?  El documental dominicano Isla de plásticos teje una historia alrededor de estas preguntas.

A través de sus 85 minutos recorremos Republica Dominicana durante el 2018, en ese entonces la isla fue azotada por una ola de basura, principalmente de desechos plásticas, que abarrotaban sus playas, sus reservas naturales, ríos e incluso las calles de ciudades y pueblos dominicanos.

El director José María Cabral y la productora Nashla Bogaert nos trasportan al interior del mundo de los desechos y la compleja relación que las personas entablamos con ellos.  Se trata de un producto audiovisual de Latinoamérica, hecho por latinoamericanos y desde Latinoamérica que plasma el complejo y especifico entramado social alrededor de la basura en nuestros territorios, es pues un contexto que, aunque lejano se siente muy cercano.

Este viaje comienza en el incendio de un vertedero, para luego entrar a los otros temas involucrados en este acontecimiento desde lo político hasta lo académico.  De la mano de los entrevistados y las entrevistadas descendemos al núcleo de la contaminación, poco a poco conocemos las múltiples caras de los implicados, entendemos lo complejo y multicausal de la problemática, las ramificaciones y el alcance de la contaminación, los intereses económicos y políticos que la rodean y sus efectos en el entorno, en las personas y en los otros seres vivos que habitan la isla.

Fotografía de CCE Santo Domingo

La mayor virtud de largometraje es su capacidad para trascender la problemática, no se queda con las múltiples causas, no solo señala a los múltiples responsables desde individuos, pasando por empresas e instituciones y terminando con sistemas, no le basta con explicar la dinámica de la contaminación, no se queda en enumerar y mostrar las terribles afectaciones en los ecosistemas y los seres vivos que las habitan, no omite la relación que hay entre dos países que comparte una isla y como lo que uno produce afecta al otro; sino que ahonda en las posibles soluciones, nos muestra como personas se movilizan y accionan más allá de marchas, nos presenta a mujeres organizadas y activistas que buscan soluciones, las planearon y las ejecutan, todas estas personas están movidas por la esperanza y la certeza de que se debe hacer algo, de que se puede caminar por sendas distintas, que se puede crear el cambio, que se puede vivir mejor, que se puede apostar por la vida.

Isla de platicos es una invitación a reflexionar, vale la pena pensar sobre la razón y las consecuencias de crear algo que no puede regresar a la tierra, que no cumple ninguna función en ella, que daña a todos los seres vivos que la ingieren y que a pesar de conocer todo esto nos negamos a darle otros usos o a dejar de producirlo.