El Grullo, Jalisco, México.

Desde hace más de cuatro años, la Escuela Preparatoria Regional de El Grullo Módulo El Limón, perteneciente a la Universidad de Guadalajara, comienza con una serie de trabajos orientados a la conservación y cuidado del medioambiente. Esto mediante acciones de recolección de semillas de árboles locales para la producción de plantas, la construcción de un huerto escolar para la reproducción de plantas medicinales, la instalación de un invernadero, un espacio para comenzar a recuperar la semilla de las personas del municipio, así como trabajos de difusión académica en torno a procesos de corte agroecológico.

Es en este sentido que la escuela se está convirtiendo en un lugar en el cual las personas estudiantes pueden generar conocimiento a partir de problemáticas que se están desarrollando fuera de las mismas instalaciones de la preparatoria, como el uso desmedido de agrotóxicos, la deforestación, así como el auge de enfermedades con relación a estos problemas. Pero no solamente es eso, la preparatoria también comenzó una transición entre la relación de lo que debe de llevar lo educativo con el contexto en el cual está inmersa, y para esto, los trabajos académicos entre la comunidad estudiantil son de suma importancia.

Bajo estos preceptos, el espacio en donde está la preparatoria enclavada cobra bastante importancia, ya que estos trabajos que la misma institución realiza no son casualidad ni destino, son problemas que el municipio de El Limón ha desarrollo en cierto periodo de tiempo. Además, la educación media superior toma un papel fundamental en generar una conciencia crítica en sus estudiantes con relación a lo que sucede más allá del perímetro educativo.

Cada vez más las instituciones de educación están trabajando en paradigmas distintos, como por ejemplo el atender necesidades puntuales de la sociedad y, además, en ellas están lo más importante para lo que fueron creadas, que es su comunidad estudiantil. Aunado a esto, la comunidad de jóvenes estudiantes está entre la encrucijada de una hipermodernidad y de un tradicionalismo educativo que sigue pasos muy establecidos desde varias décadas atrás.

La Preparatoria de El Limón se ha diferenciado de otras escuelas por comenzar una serie de actividades en respuesta a nuevos modelos educativos que comienzan a surgir a partir de realidades de los diversos espacios, pero la comunidad estudiantil se ha visto con necesidades de cambio que en algunos momentos no dan respuesta central a sus necesidades, es ahí que partir de la visión de las y los jóvenes en sus múltiples espacios también es importante para los procesos de enseñanza aprendizaje, porque las y los jóvenes están cada vez más envueltos de un avance tecnológico que acecha el devenir educativo.

Sin embargo, el estudiar en la propia escuela tradicionalista no solamente debería partir de los procesos de memorización, también es entender cómo influyen en la vida de las y los jóvenes ante toda la problemática que está al acecho.

De esta manera está una mezcla entre lo simbólico y lo emocional, de la cual las y los jóvenes forman parte de un cierto espacio. Por ejemplo, la escuela, la calle, los edificios, la naturaleza, la tecnología, las amistades; todo forma parte de la creación y construcción de lo que sentimos.

El propio espacio es un vínculo de relaciones intangibles, es un constructo académico y a su vez una carga emocional. Porque cuando las personas jóvenes comprendemos que el espacio refleja las vidas de las formas de interacciones sociales, se comienza a relucir que no todas y todos habitamos de la misma manera. Hay jóvenes que solamente cuentan con techos y otros parques seguros en donde pasear. Hay quienes viajan en bici por barrios arbolados y quienes caminan entre banquetas rotas y con miedo. El espacio también puede ser violento, excluyente y hostil, por eso es importante mirarlo con ojos críticos, pero también con el corazón.

Ilustración de Luz María González Rodríguez

El espacio entonces se vuelve emocional, porque lo viviste ahí y guarda historias. Esas historias pueden cambiar con el tiempo, haciendo que el mismo espacio tenga miles de significados distintos en nuestras vidas. Así que el espacio no es solo lo que se ve. Es lo que se vive. Es naturaleza, pero también es cultura y emoción. Es parte de nosotros, y si logramos comprender eso, quizá comencemos a valorarlo de verdad. Ya que este no es una decoración o accesorio del mundo, es reflejo de nuestra historia, nuestras decisiones y nuestros sentimientos.

Es así que el espacio se vuelve memoria y emoción, para las y los jóvenes se vuelve resistencia porque es el espacio donde se sueña y se cuestiona, no es solamente una foto, es donde se afirma y en donde se sueña. Porque se habita y porque tiene historia. Se observa y se siente. Todo se mueve tan rápido que a veces la vida no se detiene, fluye como el agua de un río, pero siempre en movimiento y en transformación.

Bien se ha mencionado que el espacio es importante mirarlo desde el punto de vista de las personas que hacen a las instituciones, que en este y muchos otros casos, son las educativas. Las y los jóvenes parten de una educación formal que poco ha puesto en lupa sus emociones y vivencias día con día, bien se han visibilizado paradigmas en torno a una nueva manera de impartir conocimiento partiendo de procesos locales y de cuidado con la naturaleza, pero los sentires y las emociones de unas personas que están construyendo su día a día queda de
lado.

Fotografía cortesía de Jazibe Michelle Almaraz Zamora

Son estos fundamentos de una escuela que ha realizado trabajos fuera de las aulas y eso ha visibilizado la tarea de que el conocimiento no necesariamente tiene que estar entre cuatro paredes de hormigón, el conocimiento se gesta y se desarrolla mediante acciones colectivas entre las personas y cómo estas personas se relacionan con su espacio. Es el propósito de la Preparatoria El Limón, comenzar con nuevas maneras de llegar a la comunidad estudiantil. Sin embargo, aún queda camino por recorrer porque sigue existiendo un énfasis en que las personas jóvenes no están comprometidas, no están seguras de sí mismas, son unas personas que no quieren realizar actividades y que son jóvenes que nada les interesa, cuando no existe un planteamiento de qué sienten y qué piensan en relación a su espacio.

Estas cortas líneas tratan de visibilizar un trabajo educativo que se acerca a la realidad, con un nuevo paradigma de cómo atender causas que están presentes en los diversos espacios, pero también debemos de comenzar a construir un puente entre las personas jóvenes estudiantes y sus emociones, porque si no atendemos la causa de lo que les da esencia a las y los jóvenes, la educación media superior seguirá por caminos poco transformadores.

Así mismo, la escuela entra en un periodo en el cual no solamente es un lugar de aprendizaje y transmisión de conocimiento, la escuela comienza a jugar un rol de puente entre lo espacial y lo que se genera a partir del análisis profundo en relación a ese papel que debería tomar la institución ante nuevas formas de generación de conocimiento en una población que ha sido categorizada y relegada por no seguir normas y pautas establecidas desde los centros de poder.

texto alternativo
Kuautlalli: Experiencias de la agroecología
Ilustración de Ingrid Leguer

Alejandra Jazmín García Huerta

Jennifer Guadalupe González Rodríguez

Pedro Figueroa González

Luz María González Rodríguez

Estudiantes de 6to semestre de la Preparatoria Regional del Grullo, Jalisco Módulo El Limón

Profesor de 6to semestre de la Preparatoria Regional del Grullo, Jalisco Módulo El Limón

pedro.figueroa@academicos.udg.mx

Portada e ilustraciones del texto. Ig: luzmaria.art