Año 2, Número 7.
Pedro López Gómez
Daniel López Gómez
En el marco del proyecto “Transición agroecológica en la agricultura de pequeña escala en tres regiones agrícolas de México” liderado por la Universidad de Guadalajara, Universidad Autónoma de Chiapas y Universidad Autónoma de Nayarit, se han implementado innovadoras estrategias de producción para el autoconsumo que están desempeñando un papel crucial en la alimentación, la economía y la sostenibilidad de las familias en nuestra comunidad. Este proyecto ha fomentado un estilo de vida más saludable y respetuoso con el medio ambiente, y ha sido especialmente notable en casos como el de doña María Luisa Gordillo, quien, tras más de 20 años de dedicarse a la agricultura comercial con insumos químicos, se ha convertido en una ferviente defensora de los beneficios que este nuevo enfoque ofrece. También, tenemos el inspirador caso de Rosbi Gordillo, una joven productora de tan solo 15 años, que se ha sumado como parte del relevo generacional, demostrando un compromiso inquebrantable con el proyecto y generando importantes beneficios para su familia.
Los huertos familiares en el proyecto han demostrado ser una estrategia sumamente efectiva para promover y contribuir al desarrollo sustentable de la comunidad en el Ejido Nuevo México. Estos huertos en pequeña escala, han sido instalados en los patios traseros, parcelas de trabajo y, en algunos casos, en maceteros hechos con materiales reciclados locales. Su impacto en diversos aspectos del desarrollo sostenible ha sido notable:
1. Seguridad alimentaria: Estos huertos proporcionan a las familias una fuente constante de alimentos frescos y nutritivos, reduciendo su dependencia de los alimentos comprados en el mercado y fortaleciendo la seguridad alimentaria de cada hogar, como lo ha expresado en cada visita doña María Luisa.
2. Biodiversidad: están fomentando la diversidad de cultivos y la preservación de variedades tradicionales, contribuyendo a la conservación de la biodiversidad agrícola en nuestra región.
3. Reducción de residuos: De manera inconsciente las producciones locales de alimentos están reduciendo de manera significativa la cantidad de envases y residuos relacionados con los alimentos, promoviendo una gestión de residuos más sostenible.
4. Educación y conciencia ambiental: Los huertos familiares han sido un espacio de educación práctica en agricultura y sostenibilidad, involucrando a personas de todas las edades, especialmente a los niños, en el proceso de producción de alimentos y la importancia de cuidar el medio ambiente. Rosbi Gordillo, nuestra pequeña productora de hortalizas de autoconsumo, se unió al proyecto al observar el trabajo de su tía, doña María Luisa, convirtiéndose en un eslabón importante del relevo generacional en la agricultura agroecológica.
5. Autonomía económica: La producción de alimentos en el hogar genera ahorros significativos en el presupuesto familiar, liberando recursos para otras necesidades.
6. Resiliencia ante crisis: Estos huertos han fortalecido a las familias frente a crisis económicas, climáticas o de salud, como la reciente pandemia de COVID-19, al proporcionar una fuente de alimentos confiable y accesible.
Además de estos beneficios, las familias han identificado el uso eficiente de espacios en sus parcelas o viviendas, lo que maximiza la producción de alimentos frescos y disponibles a la mano.
El éxito de este proyecto y la adopción de los huertos familiares como estrategia de desarrollo sostenible se han basado en procesos de capacitación y talleres dirigidos a las familias participantes lo que nos motiva a continuar impulsando la expansión de estas iniciativas para otras familias interesadas, facilitando el acceso a semillas, herramientas y conocimientos en horticultura. Al mismo tiempo, promoveremos la colaboración entre las familias y las organizaciones locales para compartir experiencias y mejorar las prácticas agrícolas.
En resumen, los huertos familiares en el Ejido Nuevo México han demostrado ser una herramienta valiosa para avanzar hacia un desarrollo más sostenible, abordando aspectos clave como la seguridad alimentaria, la conservación de recursos y la resiliencia comunitaria en el marco de este proyecto agroecológico.