Manuel Antonio Espinoza Sánchez

La Gaceta Agroecológica Teocintle, en este número 4, quiere mostrar diversas perspectivas y experiencias sobre la construcción real -de carne y hueso- de lo que podríamos llamar agroecología en estos nuestros terruños en los que devenimos como colectivos, como docentes, como promotores y como productoras alternativas.

A pesar de encontrarnos en un momento sociopolítico en el que a muchas cosas se le llaman agroecología, la realidad es que -así como no todo lo que brilla es oro- los procesos de construcción de sistemas agroecoalimentarios alternativos suponen sentipensares de muy larga duración, de muchas y muchos involucradxs, de caídas y vueltas a levantar y de hartas ganas de poner el corazón y la herencia que se nos ha dado en nuestra cultura, en nuestra circunstancia y en nuestros mayores que nos van indicando el camino.

Así, en la sección Tlakuali, tenemos la receta de Atole que nos brinda Ángeles Ortiz del Colectivo Agroecológico Teocintle, quienes han asumido el Parque Agroecológico Zapopan ubicado en la colonia de Santa Margarita desde hace nueve años.

En Kuautlali, Everardo desde su organización CIRDAC, nos cuenta a detalle el proceso de intervención para la conformación de un Huerto escolar en la localidad de Agua Caliente, municipio de Poncitlán, Jalisco, en el marco del proyecto “Reconfiguración agroecológica, alimentaria y de salud para revertir un probable daño renal y neurocognitivo asociados a la presencia de plaguicidas en niños de localidades rurales de Jalisco”, y si bien nos cuenta que el proceso de entrada no fue sencillo, el quehacer con las manos, de todas y todos, ha ido configurando un huerto escolar comunitario en la localidad.

En la sección de Sihuatl, Paty nos cuenta su experiencia y caminar al lado de Mujeres huerteras en el Área Metropolitana de Guadalajara, para reconocerse y saberse mutuamente acompañadas en sus búsquedas como entretejido social y como mujeres con proyecto propio agroecológico de frente a la naturaleza y a la vida.

En Mariíya, nuestro colega Ezequiel y yo, como su escribano fiel, nos ofrece una receta para producir un insecticida agroecológico para combatir el gusano cogollero en las matas de maíz. Este insecticida se hace a base de higuerilla y toloache. Ezequiel pertenece a La Casa del Maíz, un proyecto familiar de ya más de una década en el caminar agroecológico en San Juan Evangelista, Tlajomulco.

La sección de Voces rurales, el trabajo de Danielle y de Alberto, narran el proceso de conformar la primera escuela preparatoria agroecológica y titulan su trabajo como “La cultivación de la primera preparatoria Agroecológica” en El Limón, Jalisco. Un caminar desde 1993 que -desde las organizaciones locales y comunitarias campesinas- ha ido dando frutos de agroecología; lo que revela una agenda pendiente, para las instituciones educativas, para generar procesos de aprendizaje-acción que integren conocimientos y prácticas para resolver los problemas que nos aquejan como sociedad.

Pochtécatl, de la mano de Ana, narra cómo, ante una falta de espacios para el encuentro de consumidores responsables y productores agroecológicos, surge el Mercado TOCA y Proyecto Teocintle que, más allá de ser un espacio para la comercialización, se constituye en un encuentro para la difusión del saber, de las experiencias, de las artes y de la vida entre asistentes, expositores y animadores de esta iniciativa. La crisis civilizatoria actual, apremia a espacios como este y a la reconstrucción de “lo común” entre todas y todos.

La sección de Pitenzin, en su genialidad y originalidad, compila los dibujos sobre la importancia de la semilla en nuestras vidas. Niños y Niñas de la Comunidad de El Rodeo. Mpio. Gómez Farías, Jalisco, partícipes de la Escuelita de saberes rurales para niñas y niños, nos regalan una mirada nueva desde su perspectiva aterrizada y llena de esperanza.

Así, la Gaceta en esta edición propone una reflexión sobre las experiencias de muchas y muchos que se van gestando a la vera de las iniciativas institucionales que, en su mayoría, van por otras sendas: la del agronegocio, la de la mercantilización de los alimentos, la del fomento de la agricultura industrial del agrotóxico, la de la ciencia institucionalizada que subestima los saberes y las prácticas ancestrales.

En definitiva, en esta edición se recuperan las diversas semillas agroecológicas que se han venido gestando a lo largo de décadas de picar piedra para dar paso a proyectos de luz, de equidad de género, de tekio por la vida y de caminar con el otro para encontrar alternativas a un modelo hegemónico de dizque vida buena que invisibiliza la desigualdad urbana, las heridas en el campo y la degradación socioambiental que amenaza la posibilidad de que continúe la especie humana sobre el planeta.