Año 3, número 20
Palos Altos, Jalisco, México.




Palos Altos, Jalisco es una comunidad agroindustrializada, donde se espera un crecimiento indefinido con cada vez más producción, en idea del “Gigante Agroalimentario”, usando el monocultivo y los agroquímicos como el medio para lograrlo. Este desarrollo aparenta el éxito moderno, sin considerar las afectaciones que conlleva para las personas expuestas en estos ambientes rurales.
Palos Altos es una de esas comunidades que se ven constantemente expuestas a los agroquímicos de manera directa e indirecta. Las familias usualmente trabajan las tierras sin medidas de protección y de manera colectiva, a veces incluyendo a los niños para que aprendan el oficio. Los pequeños son los que identifican los cambios en el ambiente, por ejemplo cuando fumigan mencionan que huele a “alcohol y químicos” en toda la zona.
La exposición a los agroquímicos tiene diversos impactos a la salud, siendo el neurodesarrollo una de ellas. Cuando hablamos de neurodesarrollo nos referimos al proceso de maduración en el sistema nervioso central, el cual inicia desde la gestación hasta la adultez, pudiendo ser afectado en diferentes etapas del proceso.
Existen investigaciones sobre los efectos que la exposición a agroquímicos pueden producir en la infancia y se han encontrado diferencias en sus procesos cognitivos, es decir en el cómo pensamos, su capacidad para prestar atención y recordar, su capacidad de estar en un solo lugar un poco más tranquilos e incluso algunos procesos de equilibrio y movimiento.
Ya no me gusta ir a trabajar al campo porque me quemé al mezclarlos y me cayeron en el brazo
– Niño, 8 años
Al considerar estas afectaciones, buscamos abrir el diálogo para cuestionar el uso actual de los agroquímicos y la implementación de formas agroecológicas que puedan satisfacer la necesidad de producción. Los adultos de la comunidad reconocen la necesidad de usar los agroquímicos en el estado actual de la agroindustria, pero es necesario indagar en las formas en que los utilizamos y las consecuencias que su exposición tiene en el neurodesarrollo.
Escuchar las voces de niñas y niños, así como la experiencia de quienes viven y trabajan en estos contextos, permite visibilizar realidades muchas veces ignorada. El conocimiento generado desde la misma comunidad es clave para repensar las prácticas actuales y avanzar hacia un nuevo modelo más sostenible y justo. Es urgente construir alternativas que prioricen la salud y el bienestar de las personas por encima del rendimiento económico, reconociendo que el verdadero desarrollo debe incluir también la protección de la infancia, su neurodesarrollo y su derecho a crecer en un entorno sano. Por lo que es importante ofrecer nuevos espacios para su comunidad e investiga acción.


Mariana Quiroz y Arturo Berrellez
caracolpsicosocial@gmail.com