Sofía Margarita López Navarro

Año 3, número 18

La medicina tradicional es lo más sano, porque está comprobado qué la medicina farmacéutica te ayuda para algo y te afecta en otra cosa.” me comenta una enfermera que aun con su trabajo en el sistema de salud, considera la medicina tradicional mexicana eficiente. 

La medicina tradicional mexicana, un legado ancestral que se ha transmitido a lo largo de generaciones, es mucho más que un sistema de curación. Representa un conocimiento profundo de la naturaleza y de la relación armónica entre el ser humano y su entorno. Esta práctica ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un componente fundamental de la salud pública en muchas comunidades rurales de México y otros países.

Fotografía de Sofía Margarita López Navarro

En el contexto mexicano es común escuchar los remedios caseros que nuestras abuelas y abuelos saben de memoria para el dolor de estómago, tos, cólicos, resfriados, entre otras enfermedades “leves” que nos aquejan en la cotidianidad. Estos remedios caseros representan el significado de la medicina tradicional para generaciones centennials, dejando de lado las raíces y cosmovisión qué alberga la medicina tradicional.

A través de un sondeo para conocer opiniones de personas que no están familiarizadas con palabras como agroecología, porque no deja de ser un término científico que la población seguimos desconociendo en nuestra cotidianidad, escuché lo que para distintas mujeres de diferentes generaciones significa y practican la medicina tradicional. 

En generaciones millennials comprenden la medicina tradicional como una conexión con la naturaleza en la que la tierra nos brinda lo necesario para sanarnos, anteponiendo un respeto espiritual antes de tomar de la naturaleza sus virtudes. Comparten qué sus primeros conocimientos sobre la medicina tradicional fueron generacionales, es decir, transmitidos a través de sus abuelas que hacían uso de los famosos remedios, pero agregan que a lo largo del tiempo han reforzado el aprendizaje con información que encuentran en libros y actualmente en internet. 

Uno de los pilares de la medicina tradicional mexicana es el uso de las plantas medicinales. México es considerado uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo, y su vasta flora ha sido fuente de remedios naturales desde tiempos prehispánicos. Plantas como la manzanilla, el epazote, el aloe vera y la guanábana siguen siendo utilizadas para tratar una amplia variedad de dolencias, desde problemas digestivos hasta afecciones respiratorias y dermatológicas.

El conocimiento de estas plantas no solo ha sido transmitido de boca en boca, sino que también ha sido recopilado y estudiado en textos antiguos, como el Códice Cruz-Badiano, que data de 1552, el cual documenta más de 200 especies de plantas medicinales utilizadas por los aztecas.

A pesar de su importancia cultural y terapéutica, la medicina tradicional mexicana enfrenta retos significativos, como la amenaza de la extinción de algunas especies de plantas medicinales debido a la deforestación y la explotación indiscriminada de la naturaleza. Además, la falta de reconocimiento oficial por parte de los sistemas de salud pública y la creciente urbanización representan obstáculos para su preservación.

Las personas que participaron en el sondeo creen en la eficiencia sanatoria de la medicina tradicional, pero hacen énfasis en que desconocer sobre el uso curativo de las plantas o las medidas adecuadas para un remedio, puede generar una intoxicación. 

Todas tienen una historia con un remedio que mantiene firme su creencia y ante dolores “no tan graves” prefieren remedios como primera opción y medicina recetada por médicos convencionales cuando las cosas se ponen más graves. También hacen uso de la medicina tradicional complementando con tratamientos farmacéuticos, como es el caso del dengue en el que según la Gaceta CUSur, hasta la semana epidemiológica número 40 del 2024, Jalisco lideraba a nivel nacional con más de 8,000 casos confirmados de dengue, lo que equivale toda la población del municipio de Zapotiltic, Jalisco. (INEGI, 2020) La recomendación que más se escucha en los pueblos es tomar té de muitle o muicle, una planta conocida por sus distintos usos en remedios y su peculiar coloración roja que deja pintada en el agua al hervir la hoja verde, que a simple vista no parece extraordinaria.

La medicina tradicional mexicana tiene sus raíces en las antiguas civilizaciones mesoamericanas, como los mexicas, mayas y zapotecas, que desarrollaron sistemas complejos de diagnóstico y tratamiento utilizando plantas medicinales, rituales, masajes y terapia energética. A pesar de los avances de la medicina, la medicina tradicional mexicana sigue siendo una práctica vigente, especialmente en comunidades indígenas y rurales, donde la accesibilidad a los servicios médicos convencionales puede ser limitada.

Comprendiendo lo amplia que es la medicina tradicional y la respuesta positiva que obtuve sobre los remedios, abundé en curiosear opiniones sobre las parteras tradicionales. Las generaciones más actuales me platicaban qué dudarían de acudir con alguna por las complicaciones qué puede tener y que no lo ven como algo seguro. Incluso en temas de energía como las limpias, algunas personas mayores que no están relacionadas con los contextos indígenas, tienen una disputa entre el catolicismo y estás prácticas.

Fotografía de Sofía Margarita López Navarro

La medicina tradicional mexicana es un reflejo de la riqueza cultural y el profundo respeto por la naturaleza de los pueblos indígenas. La preservación de este conocimiento es esencial, no solo para el bienestar de las comunidades rurales, sino también como un legado para las generaciones futuras y como un aporte valioso a la medicina global.