Etiqueta: Agroecología Jalisco
Sábado por la mañana. El sol apenas calienta y ya hay movimiento: risas pequeñas, pisadas rápidas, regaderas de plástico arrastradas como si fueran de solo polvo y agua. Algunas niñas y niños ya llegan con su gafete colgando: Raza Jala para los mayores, Palomero para los más pequeños. Mi grupo —las tres niñas que acompaño— caminan juntas, a paso rápido, con los ojos bien abiertos por delante de sus padres. Ellas son Palomero, pero no por ser “menos”. Más bien, por estar más cerca del comienzo, de la semilla que aún está tierna.
En México, las prácticas agroecológicas y de economía circular han crecido como respuesta a la necesidad de preservar el medio ambiente y fortalecer la economía local. Desde hace décadas, comunidades rurales y urbanas han desarrollado huertos comunitarios, tianguis agroecológicos y proyectos de agricultura urbana para fomentar la producción local y el consumo responsable. Estas iniciativas, impulsadas tanto por colectivos ciudadanos como por instituciones académicas, buscan rescatar saberes tradicionales, promover la autosuficiencia alimentaria y generar vínculos comunitarios sólidos.
Hay semillas que no se conoce de qué son hasta que crece la planta. Así pasó con este proyecto y fue en Chiapas donde se dieron distintas condiciones para que germinara y comenzaran a salir sus primeras hojas. Desde 2004 la participación en un proyecto de educación autónoma y comunitaria para las bases de apoyo zapatista, hasta 2008 con el Congreso de Psicología de la Liberación
Cuando dibujamos, ponemos en papel la forma en cómo entendemos los espacios que habitamos. Coloreamos y acentuamos lo que es más importante para nosotros, mostramos qué tanto conocemos de los lugares por los que pasamos y por los que nos detenemos.
Durante estos últimos meses, compartiendo diálogo con las niñas, estas mismas expresaron sus sentires y pensares respecto a su lugar dentro del espacio de Caracol. Todas las niñas mencionaron esta sensación contradictoria de asistir a cuidar, vigilar a sus hermanos, incluso de venir a “chambear”, porque también tienen en su sentir estas ganas de jugar, compartir y encontrarse unas con otras.
En Caracol, cada martes ha cultivado un grupo de niños, niñas, adultos y adultas con quienes jugamos a lo que queremos; a veces pintamos, coloreamos, dibujamos, utilizamos plastilina, pero sin duda, lo más significativo para toda la comunidad lúdica ha sido jugar en la milpa.