Año 2, número 13

Jesús Antonio Madera Pacheco

“¿Y ahora, qué hacemos con todo esto? ¿Para cuándo lo de la red?”, expresión que, con carácter particular toma voz en la persona de Yenni un martes mientras dábamos seguimiento a su parcela y huerto agroecológicos. No era la primera vez que lanzaba un comentario similar; lo mismo nos pasaba también con las otras familias agroecólogas de Coapan participantes en el proyecto de investigación e incidencia “Transición agroecológica…” que veníamos acompañando en el municipio de Jala, Nayarit desde el cuerpo académico “Actores Sociales y Desarrollo Comunitario” de la Universidad Autónoma de Nayarit. Con la producción agroecológica que iniciamos a acompañar en 2021, las familias habían ya recuperado alimentos para el autoconsumo y para los intercambios/regalos con sus familiares y amistades en la misma localidad de Coapan y, aun así, seguían teniendo excedentes. “No nos podemos comer todo esto nosotros solos”, también lanzó suspicazmente Yenni.

Ahí, justo en “El Paraíso” su huerto agroecológico familiar rebosante en jitomates, tomates cherry, acelgas, guayabas, limones, lechugas (rojas, orejonas, rizadas, etc.), aguacate, perejil, entre varios otros, en ese momento quienes coordinamos el equipo de trabajo, no sin dudas y algo de miedo, dijo uno “necesitamos ponernos de acuerdo y consultar…”; mientras el otro lanza un “yo creo que si los acomodamos entre nuestros contactos en lo que empieza la RASSA, total, ¿qué puede pasar si no se venden?”. Un martes 21 de febrero de 2023, por la tarde noche, empezamos a cargar en nuestra camioneta lo que sería la primera entrega de la RASSA – JALA que salía de Coapan con destino a Tepic. Parece poca cosa, las cajas ni eran tantas, de hecho, no más que el montón de incertidumbres que todo el camino se vinieron acompañando a aquel lanzado que osó decir ¿qué puede pasar…?

Fotografías: Jesús Antonio Madera Pacheco

No es que viniéramos a la aventura. Desde un proyecto previo, también financiado por CONAHCYT, habíamos vislumbrado ya la idea de una red de prosumidores, por eso, en este proyecto de Transición Agroecológica nos atrevimos a prometerla como “entregable”. Varios meses atrás habíamos realizado diagnósticos con la comunidad y las familias integrantes del proyecto para ir dando seguimiento a primero garantizar el autoconsumo y luego ir dimensionando el tipo de excedentes y sus períodos; también habíamos realizado un sondeo a través de formulario de Google con potenciales consumidoras y consumidores urbanos de productos agroecológicos al interior de la UAN, nuestra Alma Mater; con ambos grupos (productores y consumidores) discutimos y analizamos los resultados de ambos diagnósticos, tallereamos también para pensar a muchas voces lo que deseábamos como proyecto donde la alimentación sana y agroecológica, con justicia para productorxs y consumidorxs estuviese en el centro. Así, se lanzaron ideas de nombres, elementos simbólicos para la generación de un logo que nos diese identidad y, básico, lo que serían los principios básicos de nuestra red. 

Rondaron varias propuestas de nombres y de logos… una tras otra, otra y varias otras; al final, nos decantamos por algo que fonéticamente sonara similar al nombre del responsable de que hubiéramos regresado al municipio de Jala y de manera más concisa a Coapan, ahí a las faldas del volcán Ceboruco: el maíz de húmedo, como le llaman las y los lugareños; “raza Jala” como se le conoce en el ámbito de la formalidad a este maíz nativo que es prácticamente endémico de las tierras a las faldas del volcán Ceboruco y que estaba en riesgo de desaparecer. Así nace la Red Agroecológica y Solidaria para la Soberanía Alimentaria: “Juntxs Alimentamos La Autonomía” (RASSA – JALA), para que al decir “RASSA JALA”, en cualquier ámbito donde se mencione, se nombrará también a nuestro maíz nativo que es único en el mundo y que nos da el orgullo de ser del lugar donde se dan los elotes y las mazorcas más grandes del mundo.

Luego, entre los principios básicos de esta red de prosumidorxs se acordaron los siguientes: 

1.Privilegiar el autoconsumo de las familias agroecológas, es decir, que la producción en sus espacios agroecológicos no estuviera definida en ningún momento por el “mercado”.

2. Una vez que las familias habían satisfecho el autoconsumo, la red siguiente a cubrir serían aquellas cortas en la misma comunidad y/o en el municipio de Jala. De hecho, en la RASSA – JALA hay integrantes de las poblaciones de Jala y Jomulco, que constituyen la primera parada de entregas el mismo martes que los alimentos agrecológicos son recogidos con las familias de Coapan. 

Fotografía: Jesús Antonio Madera Pacheco

3.Lo que llega a Tepic, la capital del estado de Nayarit y donde se encuentra el campus central de la UAN, será compartido solidariamente entre todxs garantizando el acceso al menos de un alimento agroecológico para cada integrante de la red.

4.Avanzar en relaciones más respetuosas y libres de violencias entre seres humanos y con la naturaleza. 

5.Tejer relaciones solidarias, horizontales entre prosumidores y con justicia para todxs. 

En el pasillo del “cubículo 13” de la Unidad Académica Educación y Humanidades de la UAN, un miércoles 22 de febrero de 2023 a las 09:30 de la mañana, a través de invitaciones mediante WhatsApp dirigidas principalmente a las y los participantes del diagnóstico iniciamos el caminar de la RASSA – JALA. A partir de ese día, sin embargo, la principal invitación ha corrido a cargo de los aromas, colores, saberes y sabores que impregnan el edificio de Educación y Humanidades cada mañana de miércoles; desde aquél 22 de febrero…