Año 2, número 11

Alejandro Macías Macías

La agroecología es el presente y sobre todo el futuro para que la humanidad pueda vivir en un ambiente sano, con una alimentación saludable. En ese sentido, es imprescindible qué la agroecología sea abrazada por nuestras niñas y niños, pues ellos serán los que provocarán que el cambio no sea una moda del momento, sino parte de una nueva relación solidaria con nuestra Madre Tierra.

Por eso en Teocintle estamos muy contentos y contentas de la aceptación y respuesta que tuvo nuestra convocatoria para publicar un número de la gaceta dedicado específicamente a mostrar tanto las experiencias de trabajo agroecológico con niñeces que existe en todo el país, como la propia percepción de nuestras niñas y niños respecto a cómo perciben sus entornos y sus inquietudes por tener una naturaleza sana y una alimentación saludable.

Es así que, a modo de compartir, en 2023 profesoras de preescolar y primaria, conjuntamente con académicos y estudiantes de la Universidad de Guadalajara instalamos dos huertos escolares en el sur de Jalisco: uno en la comunidad rural de El Rodeo, mpio. Gómez Farías y otro en la zona urbana de Ciudad Guzmán, Jalisco. 

Los huertos escolares son una parte fundamental en cualquier proceso de transición agroecológica comunitaria, ya que permiten involucrar a las generaciones jóvenes en el conocimiento y convencimiento de la agroecología, de manera que pueda perdurar en el largo plazo. 

Dibujo de Lesly Jolette
Dibujo de Daniel y Yovani

Es así que, a modo de compartir, en 2023 profesoras de preescolar y primaria, conjuntamente con académicos y estudiantes de la Universidad de Guadalajara instalamos dos huertos escolares en el sur de Jalisco: uno en la comunidad rural de El Rodeo, mpio. Gómez Farías y otro en la zona urbana de Ciudad Guzmán, Jalisco. 

Los huertos escolares son una parte fundamental en cualquier proceso de transición agroecológica comunitaria, ya que permiten involucrar a las generaciones jóvenes en el conocimiento y convencimiento de la agroecología, de manera que pueda perdurar en el largo plazo. 

Estos huertos son instalados dentro de las escuelas con distintos objetivos: 

1) Involucrar a las y los alumnos en la agroecología, considerando que ellas y ellos son el futuro en este esfuerzo de cambio; 

2) Apoyar procesos de enseñanza, principalmente en el área de las ciencias naturales; 

3) Incorporar los cereales, frutas y verduras  producidas en el huerto dentro de los ingredientes de los alimentos que las niñeces consumen en la escuela;

4) Promover la agroecología en las comunidades a través de los mensajes que las  niñeces puedan transmitir a sus padres y que pudieran derivar en la constitución de nuevas parcelas o huertos de traspatio agroecológicos; 

5) Acompañar en procesos de modificación en la conducta alimentaria local que lleve a la sustitución de alimentos industrializados,dañinos para la salud, por alimentos sanos, frescos y elaborados con recetas locales, que mejoren el estado nutricio en las niñas y los niños.

Un proyecto fundamental qué acompaña el funcionamiento de estos huertos escolares, ha sido la Pitenzin. Escuelita agroecológica para niñas y niños, pues las actividades prácticas, para que enraicen incluso entre las personas de menor edad, siempre deben de ir acompañadas de procesos educativos que motiven la reflexión. Invitamos a las y los lectores a visitarnos en la comunidad de El Rodeo, para compartir experiencias y diálogo de saberes.